martes, 5 de febrero de 2008

Hablar de medios

El libertinaje, ese ejercicio exagerado de la libertad, en el cual se quiere hacer lo que dé la gana, sin importar todo cuanto exista alrededor, sin demostrar respeto ni interés por las opiniones de las demás personas, no hay conciencia de que el verdadero ejercicio de la libertad colinda con los derechos del otro, y, por lo tanto tiene que ver con asumir las consecuencias de nuestros actos. ¿Qué sucede con los medios de comunicación social cuando su contexto social se encuentra gravemente polarizado?, en el caso de Venezuela, sucedió que también tomaron partido… pero político.
Como lo sabemos, porque constantemente lo escuchamos decir de profesores, colegas, vecinos, e incluso nuestro subconsciente lo repite, los medios de comunicación social juegan un papel fundamental para el desarrollo y la defensa de la libertad de expresión, y para el crecimiento de la sociedad en sus distintos ámbitos (cultural, político, económico). Y hablar de responsabilidad social de los medios, a pesar de que remite directamente al ejercicio periodístico, también incluye a todo aquél ciudadano que exponga un mensaje en un mass media, ya sea prensa, radio, televisión e internet. En este sentido, es dificil comptrender que existan programas como La Hojilla (VTV), y por favor no me tilden de “escuálida”, tomo este caso para dar un ejemplo concreto, sin desconocer la fatalidad de programas como Aló ciudadano, de Globovisión, (de igual forma espero que no me acusen de “chavista”). Continuando con la idea, ¿El ciudadano Mario Silva estará consciente de la responsabilidad que está en sus manos?, yo creo que no.
Para ser crítico de medios es menester ser capaz de dar argumentos serios, dándole la espalda a la burla, usar el respeto para dignificar nuestra condición humana y nuestra labor social, en el caso de la situación de polarización es fundamental que Mario Silva comprenda que su responsabilidad no es solamente con el chavismo, sino con todos los venezolanos que tenemos derecho a ser bien informados, no sólo porque Venezolana de Televisión es financiada con fondos del Estado y por ende le pertenece a todos y cada uno de los ciudadanos que habitamos este país, sino también porque es un deber de los medios de difusión el de contribuir con el desarrollo del país.
La palabra crítica tiene que ver más con una actitud positiva en donde se intenta construir a través de la reflexión, nuevas y mejores maneras de hacer las cosas, creo que el señor Silva lo ignora por completo, y no porque no sea periodista, sino porque su objetivo está claro, la destrucción del que disiente de la Revolución Bolivariana. No en vano los seguidores del Presidente Chávez conciben a La Hojilla como una de las armas políticas más fuertes e importantes de esta revolución. Un programa que constantemente refuerza la polarización a través de la incitación al odio es un arma de guerra y de desestabilización. Dónde está el socialismo que se predica desde el Gobierno de la República, dónde está la sociedad justa, responsable, respetuosa, con altos niveles de conciencia. Me pregunto, ¿por qué no le renovaron la concesión a RCTV?-ojo, y no defiendo para nada su desempeño- y un argumento claro sirvió de respuesta: habían venido incitando al odio constantemente. Y yo repregunto ¿Qué hace La Hojilla al aire?, y peor aún ¿Qué hace el Presidente de la República asistiendo a ese tipo de programas?
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, específicamente en el artículo 57, presenta a la libertad de expresión como un derecho inviolable, pero, y he aquí la continuación que todo el mundo ignora, “quien haga uso de este derecho asume plena responsabilidad por lo expresado”. Es decir, que no sólo el periodista, sino también el ciudadano común debe estar conciente de el gran compromiso social que tiene el uso de la libertad de expresión, de la que tanto se habla y a la que tanto se defiende, pero a la que muchas veces se irrespeta cuando en su nombre se cometen daños graves e injustos hacia otro ser humano.
Los medios de comunicación venezolanos tienen que reinventarse apegados a los valores de responsabilidad, respeto, educación, y no al libertinaje de hacer y decir lo que se diga para obtener más adeptos, en nombre de la supuesta libertad de expresión que defienden.

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